José (Joshi) Espinosa y su cine experimental: Cinco rostros del arte indígena kichwa (III)

Jun 27, 2016
11:40 AM

En esta serie de cinco entrevistas, se interroga la producción artística indígena kichwa de los creadores audiovisuales Eriberto Gualinga (Selva Producciones) y José Espinosa (Ayllu Records); la música etno-contemporánea de Ana Cachimuel y el grupo Yarina; y la poesía bilingüe de Lucila Lema y Ariruma Kowii. Ellos son, apenas, un grano de arena en un vasto universo de más de cuarenta y cinco millones de indígenas en América Latina, pero representan bien la vitalidad, creatividad y lucha contemporánea de estos pueblos ancestrales por alcanzar su pleno reconocimiento y autodeterminación cultural, política y social. La coordinación y edición final de este proyecto estuvo a cargo de Juan Carlos Grijalva, profesor invitado del Programa de Español y Portugués de la Universidad de Massachusetts-Amherst, como parte del seminario de posgrado Literature as Otherness: Indigenismo in Latin America, impartido durante el semestre de primavera del 2016.

En esta tercera entrega, Brianne Burke y Meghan Tunno entrevistan a José (Joshi) Espinosa, cineasta kichwa de Otavalo. Su primera película, Huahua (Niño), está en proceso de posproducción. Joshi usa el cine para buscar respuestas a los problemas de su comunidad, examinar sus cambios actuales y celebrar su cultura. Es fundador de Ayllu Records, una productora independiente de videos musicales, documentales y cortometrajes. El objetivo de Ayllu Records es promocionar la cultura kichwa en todas las Américas. Joshi busca crear películas en kichwa como una forma de autoafirmación de esta lengua viva. Actualmente, trabaja también en otra película, El señor de las angustias, un musical que promueve el talento de un grupo de música tradicional de Ecuador.

Joshi

Mucho de mi vida he vivido en la ciudad

Mi nombre completo es José Espinosa Anguay y estoy viviendo ahorita en Otavalo, en Ecuador. Vengo de una familia clase media. Mis padres desde hace como cuarenta años atrás ya residían en la ciudad. Entonces, mucho de mi vida he vivido en la ciudad, creo que tuvimos una especie de ventaja para estudiar en una escuela de la ciudad, a diferencia de otros niños que vivían en el campo y no tenían acceso a una escuela o tenían que ir a otros centros de estudio. Entonces creo que por allí empieza la ventaja.

Joshi y cámara

Estudié la primaria en Otavalo, la secundaria la hice en Ibarra en un colegio privado, eh, ¿qué más? La universidad, vengo a estudiar en la universidad creo que muy tarde porque como ustedes saben, o bueno, si no saben, la dinámica de muchos kichwas o indígenas, dentro de la comunidad otavalo es que migrábamos, entonces íbamos hasta no sé Europa, Estados Unidos, Asia, a vender artesanía o hacer música. En mi caso personal, yo fui a Estados Unidos, al estado de Washington, a Seattle y también a Oregon porque allí tengo familia. Yo fuí a vender y a hacer música alrededor de nueve años que estuve residiendo allá. Me regresé a Ecuador para entrar a la universidad.

Siempre hacíamos de proyeccionistas en las películas

Mi papá tenía un proyector de 35 milímetros, estos de cinta, ¿no? Entonces él siempre iba a mostrar la vida de Jesús, y la Biblia, cosas así, en la época de Pascuas. Entonces yo y mi hermano mayor siempre hacíamos de proyeccionistas en las películas que mi papá mostraba a la comunidad, a la gente en la comunidad. Entonces, yo creo que el primer acercamiento con el cine viene siendo éste, como la persona que proyectaba películas. Así me comienzo a interesar en cómo lograban hacer eso, ¿no? Y de ahí, yo creo que más adulto, me gustaba siempre la fotografía. Y creo que en ese tiempo, utilizaba cámaras análogas. Entonces, aprendí primero a hacer fotografía con cámaras análogas y fue lo que también me vinculó un poco más a la cuestión del cine. Una cosa viene con la otra.

Joshi filmando

Es medio extraño porque yo no tenía ni idea de cómo hacer cine, ni hacer documentales. Fue cuando llegué a la universidad cuando entendí cómo funciona esto, pero igual. Yo antes de ingresar a la universidad había visto poco cine independiente; lo más cercano al cine que consumí era Hollywood. Entonces claro, esa era la referencia que tenía, pero, localmente, yo creo que nunca tuve un referente hasta llegar a la universidad y conocer mejor cómo se hace, cómo se mueve la idea del cine dentro del país también.

La gente aquí en Otavalo es muy musical

La gente aquí en Otavalo es muy musical, hay varios grupos de música aquí en la ciudad. Es que siempre, ahora, una manera de promocionar a un grupo musical es a través de los video-musicales; es una cosa más de promoción. Prácticamente ahora, no vivo de los videos musicales, pero es una manera agradable de mantener la relación con la comunidad, y compartir de alguna manera, también, los conocimientos que tengo con la comunidad o los grupos musicales, para que se hagan conocer. La música empezó siendo una especie de hobby al inicio, yo todavía no estudiaba nada de cine, de televisión, pero tenía una filmadora y claro había amigos que tenían grupos de música y me pedían que les hiciera videos musicales, pero yo no tenía ni idea de cómo hacer eso. No, pero igual, me atrevía a hacer los videos musicales para los amigos, y claro ahora de alguna manera también lo mismo.

Pues yo me baso mucho en lo que pasa en la comunidad

¿Cómo se integra la comunidad en mi proceso creativo? Pues yo me baso mucho en lo que pasa en la comunidad. Por ejemplo, aquí en mi comunidad, nosotros por lo general tenemos siempre el cabello largo y trenzado, pero los nuevos jóvenes – que serán los que tienen alrededor de quince, doce años – están empezando a cortarse el cabello. Entonces, ¿cómo documentas esto? Y creas preguntas para la comunidad y comienzas a cuestionar si es que en la realidad está pasando. Y lo otro que es interesante también es que nosotros nos identificamos como kichwas, porque somos kichwas otavalos, porque hablamos kichwa, pero hay gente, o sea los más pequeños, que ya no hablan kichwa, estas son cosas que se van perdiendo. Son cosas que yo tomo de la realidad social que está atravesando la comunidad y de eso me estoy apoderando para crear la ficción dentro de mi película. Y ahora, ¿cómo se vincula la comunidad? Porque dentro de mi documental, tomo a tres grupos jóvenes que están haciendo producción, unos que son muy románticos y hablan del estudio de sawari – el proyecto se llama Tuldupay; yo que hago un estudio de mí mismo como indígena, y de cómo recuperar las tradiciones, la vestimenta, el idioma, un estudio musical de la música tradicional de hace cien años, por ejemplo. Y hay otro grupo – y ellos no hablan kichwa por ejemplo, ni tienen algunos el cabello largo. Y hay otro grupo, que son de la misma edad, viven en la comunidad, no tienen cabello largo, pero hablan kichwa, y su música es reggaetón por ejemplo. Ellos se expresan a partir del reggaetón y cantan en kichwa. Entonces lo que hago es tomar a los tres grupos y preguntarles a cada uno: “¿cómo ven su identidad?”, a partir de lo que ellos están haciendo. Entonces, una vez que logro mostrar la película a la gente, les deja más preguntas; en realidad yo no busco una verdad sino dejarles preguntas abiertas. De esta manera se vincula la comunidad en la película.

En filmación

Los kichwas somos muy jóvenes haciendo cine

Los kichwas en el país somos muy jóvenes haciendo cine, qué será, no existe todavía un largometraje de ficción que se haya mostrado, así es que si yo logro terminar mi película sería el primer largometraje hecho por un indígena de Ecuador. Porque no existe hasta ahora. Entonces yo creo que hay que crear productos audiovisuales donde nosotros mostremos cómo queremos ser verdaderamente y no con la idea de otros – y por otros me refiero a la gente que viene desde fuera para hacer sus producciones audiovisuales –, pensando en cómo es el indígena, sin partir de una verdad que no es él. En los ochenta, por ejemplo, hubo bastante movimiento del cine indigenista en el país, que era el cine hecho por los mestizos tratando de hablar por los indígenas. Entonces, nosotros como indígenas, todavía no teníamos una voz, alguien nos tenía que ver hablando, pero es a partir del dos mil, dos mil podría ser que comienza a generarse un movimiento que es interesante desde las producciones comunitarias donde los kichwas o indígenas empiezan a crear sus propios productos audiovisuales. Empiezan a crearse noticieros, empiezan a crearse videos musicales, empiezan a crearse los documentales pequeños. Entonces, la idea es afectar al mundo de esta manera ¿no? Es mostrar las cosas como realmente son y no con la idea sobre cómo es un indígena. Porque todavía puede existir una idea muy romántica de cómo es el indígena, pero ahora en el 2016 capáz que los indígenas ya no somos así, como nos dicen en los libros, ¿no? Esa es la idea, la manera en que nosotros queremos afectar, creo, al cine y a la producción audiovisual que hay en el país. Y mejor si es que podemos buscar una manera también interesante de reflejarnos, afuera en el exterior es mucho mejor para nosotros también, pues.

Escena tejido

Ayllu Records es un canal nuestro en Youtube

El canal Ayllu Records en Youtube, con mi hermano, viene siendo un juego, ¿no? Era un canal nuestro. Era para subir cosas, para la gente que estaba fuera; prácticamente era un canal donde nosotros grabábamos cosas en Ecuador y las subíamos a Youtube, y la gente que migró que vive en el extranjero y que son ecuatorianos, veía mucho este canal, porque compartíamos información a la que ellos no tenían acceso. Pero tomen en cuenta que ha sido muy complicado, no había mucho internet entonces y era complejo subir fotos, ver videos. Hace unos diez años que tenemos el canal, pero yo cuando entré a estudiar lo dejé abandonado, casi siete años no hice nada y es desde hace año medio que he vuelto a retomar otra vez el canal y a darle otra vez vida. Ahora intentamos subir videos musicales semanalmente, y el propósito es mostrarnos cómo somos, mostrar nuestra cultura, mostrar nuestra música, y no desde un punto de vista extranjero ¿no? Entonces es interesante porque allí nos ven en Rusia, por ejemplo. Hay un tres por ciento que nos ve en Rusia, que serían como unas quince mil visitas; también de la India hay como un dos por ciento. Es trascender las fronteras y mostrar cómo somos culturalmente, ¿no? Entonces ése es más o menos el objetivo.

Ayllu Records

Se llama Huahua (Niño)

Estoy ahora terminando mi primer documental porque anteriormente había hecho más cortos. Pero es medio extraño porque no es un documental cien por ciento, porque es también parte de una ficción. Mi nuevo documental se llama Huahua. La idea es que es mi novia está embarazada y vamos a tener un hijo, pero en la realidad esto es una ficción. El documental está creado a partir de esta ficción. ¿Por qué decidí hacer Huahua? Yo ya tengo treinta y cuatro años, mi novia tiene treinta años, y pasamos mucho tiempo en Quito, la capital, y sólo los fines de semana regresamos a nuestra comunidad. Entonces, no sé si vamos a tener hijos, pero es una conversación sobre si tenemos un hijo: ¿nos regresamos a la comunidad o seguimos trabajando en Quito? Entonces, por eso es fundamental buscar respuestas. Lo otro, el cine que yo vengo haciendo me gusta bastante. La manera en que yo psicológicamente puedo sacar mis miedos es a partir de las películas. Entonces siempre digo que yo los cucos o los demonios que tengo adentro de mi cabeza tengo que sacarlos a partir de las pelis. Entonces, tengo un primer documental que hice cuando estudiaba que se llama “Mi Ayllú” que habla sobre mi familia. Yo soy el protagonista, y me pregunto ¿porqué mis hermanos se fueron de la casa? En mi casa somos ocho hermanos, pero el único que decidió regresar al país soy yo. Entonces, a mis papás les pregunto ¿por qué creen que ellos se fueron de la casa? Y a mis hermanos les pregunto, ¿por qué ellos se fueron de la casa? Y cada uno tiene una visión distinta de por qué se fueron de este país a otro lado. Entonces creo que el cine que yo puedo hacer es mucho más rico por que que tiene conflictos verdaderos y que me atraviesan. Yo decidí trabajar la peli con mi novia porque teníamos un miedo, y la única manera de vencer el miedo creo es afrontando en la realidad estas cosas. Por esos es que decidimos hacer la peli los dos.

Teníamos previsto terminar Huahua este mes, o no, en marzo, que ya se nos fue; hicimos un screening con ocho directores aquí en el país y la película le gustó mucho a todo el mundo. Entonces, ahora tengo dos productores asociados que están poniendo la colorización, la mezcla final en 5.1. Es que la edición, la mezcla, la edición de la imagen van a ser terminadas en España. Se están yendo a España, quieren hacer una coproducción con España. Entonces, comenzó a crecer la película. El Huahua quiso crecer más. Esperamos terminar la película hasta septiembre, y nuestra esperanza es primero presentarla en el festival de San Sebastián. Si San Sebastián no se interesa, entonces seguir con Berlín, y luego, con Cannes. Nuestra idea es buscar estos espacios porque para mí como director sería un salto en mi carrera. Y como te digo, queremos mostrarla en el festival de San Sebastián y si no, seguir probando la suerte así. Pero hay una cosa que salió como un mes atrás. Hay una comunidad kichwa en Chicago que tiene alrededor de unas quinientas personas, y la gente quiere ver la película. Entonces llegamos a un acuerdo de hacer una especie de función privada. La película no está terminada ahorita, pero la vamos a llevar así para mostrarla a la comunidad, allá en Chicago. La gente allá nos van a ayudar con un presupuesto económico para nuestra película, así es como estamos buscando financiamiento. No va a estar subtitulada en inglés, sólo en español, y el kichwa está subtitulado en español porque hay partes en kichwa. Esto es interesante también porque allá pasa lo mismo, hay gente kichwa que vive en Chicago que tienen sus hijos y muchos se preguntan cuando van a tener sus hijos, si se quedarán viviendo ahí en los Estados Unidos, porque su hijo tendría otra identidad a la de criarle a su hijo con la identidad indígena. Es por eso que es interesante saber cómo la gente mira nuestra película allá.

Una película hablada en kichwa es una especie de bandera

Me gustaría hacer una película totalmente hablada en kichwa, yo creo que es una especie de bandera. Es un reto que todavía no logró cumplir ciento por ciento; que necesitamos sobre todo en nuestra comunidad y en nuestro país. Porque el kichwa es un idioma al que no se le da el valor que debería tener. En Ecuador, es la segunda lengua oficial, no es la primera. La primera es el español. Es la segunda lengua oficial, pero solamente en papeles. Para comunicarse en toda instancia pública, necesitas hablar español. Y creo que tendríamos como una arma muy potente para que nuestros hijos, o los chicos, o la gente más joven, comience a valorar este idioma. Y lo otro también es que, en realidad, nosotros no somos españoles, nosotros somos kichwas. Entonces tendríamos que hacer películas en kichwa para mostrarnos de esa manera hacia el mundo. No solamente es una cuestión de estética, aunque para el extranjero el kichwa puede sonar muy atractivo por una cuestión romántica. Pero creo que hacer películas en kichwa es políticamente necesario. Entonces, creo que es un reto. Creo que la importancia de esto es muy grande.

Editando

Mi proyecto más ambicioso se llama Americamanta

En diciembre voy a grabar otra película. Es una ficción completamente. Se llama El Señor de las Angustias. Entonces, va a ser más o menos una película musical. Hicimos un video musical para ver, como una prueba y el resultado me pareció muy interesante. Por eso es que decidimos hacer la película. Estamos empezando a planificarla. Todavía no tenemos fondos porque nuestro país ahorita está en crisis. El Consejo Nacional de Cine aquí, en el país, no tiene fondos para nada. Entonces, igual va a ser, otra vez, una inversión personal y creo que vamos a hacer un fondo también para esta peli. Es un video musical, pero la estética es más o menos como nosotros queremos hacer la película. Está basada en un grupo de música de jóvenes que hay acá; que tienen alrededor de veinte canciones hechas; ellos hacen obras musicales de musica y danza.

Mi último proyecto se llama Americamanta y es mi proyecto más ambicioso porque no es para grabarlo en Ecuador, sino en Europa. Bueno, la historia nace de la investigación que hice a mis hermanos mayores. Ellos migraron a Alemania en el 89, el 88. Hacen música allá. Nuestra dinamica ha sido siempre, como inmigrantes, la de hacer música, en Estados Unidos y Europa. Yo hacía música en los Estados Unidos, en las calles, en las ferias, en los “country fairs”, así. Entonces, recopilé la información de mis hermanos, investigué un poco, les entrevisté, y el guión está basado en la vida de ellos. Y su grupo en realidad existió, y se llamaba Americamanta.

Uno de mis mayores proyectos es ganarme un mercado, y tener algún productor al que le interese hacer peliculas acá en Ecuador, con los temas que yo manejo. Tengo pensado seguir trabajando en el cine. Y practicamente, estoy viviendo de la televisión y del cine acá. Nunca pensé vivir de esto, pero estoy viviendo de hacerlo. Es muy complicado, a veces; pero puedo vivir de esto.

Sobre este proyecto:

Durante el semestre de primavera del 2016, Brianne Burke, Benjamin Clabault, Colleen Dehais, Karla Giorgio, Dawn LaRochelle, Nicholas P. Pezzote y Meghan Tunno, estudiantes de la Universidad de Massachusetts-Amherst, entrevistaron a varios artistas indígenas kichwas. Su palabra nos permitió ingresar al universo íntimo de sus vidas, su producción artística y los desafíos de sus comunidades. La coordinación de este proyecto estuvo a cargo de Juan Carlos Grijalva, profesor invitado de la misma universidad. Dejamos aquí nuestro sincero agradecimiento a Ana Cachimuel, Lucila Lema, Eriberto Gualinga, José Espinosa y Ariruma Kowii, por confiar en nosotros y aceptar nuestra invitación; mil gracias también a Mirian Masaquiza (Naciones Unidas) por sus sugrencias; y a Latino Rebels, por su interés en publicar estas historias inspiradoras de creación artística y reafirmación cultural.