Chandra Kalindi Roy Henriksen: Tres testimonios indígenas de vida y lucha (I)

Dec 29, 2015
12:54 PM

Esta es la primera entrega de una serie de tres entrevistas, realizadas por un grupo de estudiantes de Assumption College, a Chandra Kalindi Roy Henriksen (Chakma, Bangladesh), Patricia Gualinga Montalvo (Sarayaku, Selva del Amazonas) y Mirian Masaquiza (Salasaca, Ecuador). Sus vidas, distantes en el tiempo y la geografía, se hermanan bajo la experiencia común de la discriminación étnica y lo que ha significado para ellas ser mujeres indígenas, defensoras de sus comunidades de origen y de otros pueblos indígenas a nivel global. Este proyecto formó parte de la clase Other Literatures: Indigenismo, impartida por Juan Carlos Grijalva durante el semestre de otoño del 2015.

Chandra Kalindi Roy Henriksen es abogada, nativa de la comunidad indígena de Chakma, en Bangladesh, y es Secretaria en Jefe del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de Naciones Unidas, en Nueva York. En esta entrevista, Heather Schofield, Melissa Taylor y Sharon Caulway interrogan a Chandra sobre su vida y compromiso como mujer indígena activista. Se trata de un testimonio, en palabras de Schofield, que nos trasmite su vida con “emoción” y “honestidad”, y nos invita a conocer más de la difícil situación de las poblaciones indígenas no sólo en América Latina sino en el mundo, pues “cuántas más personas conozcan sus problemas, es más posible que un cambio ocurra”.

Chandra

En la región donde vivo hay once pueblos

¿Mi infancia en Bangladesh? Bueno, yo pertenezco a un pueblo en Bangladesh que se llama Chakma. Y es uno de los pueblos allá –en la región donde vivo hay once pueblos. Nuestra primera casa, que construyeron mis bisabuelos y mis bisabuelas, se fue abajo del agua –y éste fue el impacto del desarrollo–. Así que uno de mis primeros recuerdos de la infancia es éste. Una vez alguien me pregunto asimismo, en una entrevista, ¿cuál es uno de los recuerdos que tienes? Y para mí era agua. Mucha agua. Pero el agua no era limpia o clara, sino que había mucho movimiento y el agua era color marrón. Y luego, cuando pensé “bien, ¿qué es este recuerdo que tengo y que es tan fuerte?”, era una represa…porque construyeron una represa allá. Y yo tenía como, no sé cuántos años, pero tuvimos que mudarnos porque construyeron esta represa sin consultarnos, diciéndonos que íbamos a tener electricidad en todo el país. Así que por el bien del país, como cien mil personas o muchas más, se fueron de nuestro pueblo y fueron impactadas.

Chandra Kalindi

Nosotros perdimos todos los templos (somos budistas), las casas –todo, lo perdimos todo. Y después de esto, nosotros nos fuimos a vivir a las colinas, y cuando llegó el agua las colinas se convirtieron en islas. Así que tuvimos que vivir en estas islas. Pero mi infancia fue muy linda porque crecí con mis hermanos, mis primos, mis abuelos, tíos, todos en una isla, a pesar de ese choque que no entendí. Para ir allá tienes que ir en una pequeña canoa y es muy lenta la vida. Luego yo tuve que ir a estudiar a la ciudad porque en el pueblo pequeño donde vivíamos había escuelas, pero la lengua de instrucción era en Bengalí—que es el idioma de la mayoría de la gente allá en Bangladesh. En esta época, esto era Pakistán oriental. Y mis padres decidieron que tenía que aprender en un colegio en otro idioma, porque no teníamos colegios en mi idioma, en Chakma. Así que ellos prefirieron que yo fuera a estudiar en inglés, porque así yo podría comunicarme mejor con el mundo. Y una de las consecuencias de esto –como saben ustedes, que están estudiando educación y todo esto– es que yo sea ahora analfabeta en mi idioma. Por eso, tengo una vergüenza muy grande y cuando puedo apoyo a revivir nuestro idioma y ayudar a que los chicos puedan aprenderlo en los colegios. Así que yo voy a ir a la escuela cuando tenga tiempo (risas).

Hay muchas diferencias entre mi pueblo y la ciudad. El idioma, la comida, también muchas veces la religión, el vestido –tengo esto porque es parte de nuestra ropa típica. También hay diferencias físicamente. Muchas veces nosotros… se puede ver que somos de los pueblos indígenas porque no somos muy parecidos a la mayoría de la gente. Así que es cómo manejar en dos mundos. Como todos ustedes lo hacen. Un poco lo hacemos todos. Así que tenemos que manejarnos bien en diferentes mundos.

Estoy acá porque mi padre y madre me apoyaron

Lo primero es que mi padre es uno de los líderes tradicionales de nuestro pueblo y tenemos tres, y uno de estos fue mi padre; falleció hace como dos o tres años, pero fue un hombre que no era solamente un líder tradicional, sino alguien que tuvo también una posición muy progresista en ese momento. Por ejemplo, él dijo que para nosotros lo más importante para sobrevivir era la educación. Yo estoy acá porque él y mi madre me apoyaron y decidieron que la educación no era solamente para los hijos. Entonces fui a estudiar a Estados Unidos y a Inglaterra, pero todos le dijeron para qué está mandando a su hija, porque solo tiene que mandar a los varones, porque son los varones los que van a hacerlo todo y las hijas se irán a otra familia. Y mi padre dijo no, van a estudiar todos. Y cuando mi abuelo falleció y mi padre tendría como diecisiete o dieciocho años, fue él quien tuvo que tomar las decisiones. Y él no pudo terminar sus estudios porque iba a ir a Inglaterra para estudiar derecho, pero él dijo siempre que tuvo que hacer esto por la familia. Y con sus hermanas menores también la misma cosa. Él dijo que tenía que cuidar de todos, así que ellas también tuvieron que estudiar. Y en mil novecientos setenta y uno, mi padre hizo también una combinación -y hubo muy pocos que lo hicieron- de liderazgo tradicional indígena y liderazgo en el ámbito político nacional, así que él entró en las elecciones porque pensó que si él era un parlamentario podría tener una voz y llegar a ser la voz de su pueblo a nivel nacional, donde se están tomando las decisiones. Y en el año 1971, cuando hubo las elecciones, él fue electo, pero como miembro independiente porque él no quería estar con ninguno de los partidos de mayoría en Bangladesh, sino que él quería ser independiente. Así que en el año 71, él se fue a Pakistán para estar en el parlamento y nos dejó a nosotros en Bangladesh. Estos fueron años muy difíciles porque no teníamos a mi padre, el país estaba construyéndose y nosotros teníamos mucha tensión. Todo el mundo estaba sufriendo mucho por la guerra civil en Bangladesh y nosotros no podíamos huir porque no podíamos dejarlo todo. Así que teníamos toda la guerra al lado de nosotros, pero nuestra gente, nuestro pueblo fue magnífico porque siempre vinieron a la casa siete, diez hombres para estar allá con nosotros en la noche para protegernos. Y mi madre, una mujer estupenda, fue muy fuerte y lo manejó todo. Yo tenía como trece o catorce años, mi hermana tenía cuatro, éramos cinco hermanos y mi madre lo manejó todo y nos apoyó a todos nosotros.

Bueno, cuando mi padre fue a Pakistán, él estaba muy solo y extrañaba a su familia. Así que me mandaron a mí como hija mayor y a dos hermanos a vivir con nuestro padre. Así que yo fui a vivir a Pakistán con mi padre y mis hermanos. Fueron años muy lindos, pero fue una vida un poco diferente. En esta época, mi padre fue ministro y yo tenía que manejar toda la casa y todo esto. Y luego mi padre fue a Argentina. Y nosotros fuimos con él y fue allá que aprendí español.

Disfruto de mi trabajo cuando encuentro a gente como ustedes

Chandra Kalindi UN

Lo que más que disfruto de mi trabajo es cuando encuentro a gente como ustedes. Acá en Naciones Unidas viene gente de muchos lugares, algunos pequeños como mi isla, pero tenemos interacción con gente de muchos países. Vienen gentes de todos lados. La semana pasada tuvimos una visita muy importante de alcaldes de Ecuador, muy interesante. Ellos hablaron sobre lo que están haciendo allá. Y después de ellos ahora ustedes, que son estudiantes, y tenemos la visita de gente de otras agencias, los gobiernos, los Estados miembros, así que es algo que es muy interesante. Y cuando la gente viene al foro, nos hablan de cosas muy tristes, pero también hablan de cosas muy lindas a veces, y esto nos da un choque que es muy importante para nosotros porque vivimos acá en Estados Unidos, en Nueva York. Pero cuando viene gente así, nos hacen pensar en la vida real.

El liderazgo empieza con la propia vida

Yo pienso que hay muchas formas de liderazgo y cada uno debe tomar liderazgo en su círculo de influencia. Por ejemplo, los alcaldes que vinieron de sus pueblos, estaban ejerciendo su liderazgo. Y ustedes, supongo, al manejar las relaciones con sus hermanos en su familia, están también ejerciendo un liderazgo porque están decidiendo cómo manejan sus vidas y hacen la navegación de sus vidas. Y más cuando ustedes están pensando en qué van a estudiar. Y todo esto es, en sí mismo, es un signo de liderazgo porque entonces se hacen cargo de sus propias vidas, sus propias leyes, su propio destino. Así que yo pienso que es algo que no ocurre de la noche a la mañana, sino que es algo que uno va haciendo.

En este contexto, el rol que Naciones Unidas puede jugar es haciendo el enlace entre los pueblos indígenas y los gobiernos. Y en esto, Naciones Unidas está como en el medio, como haciendo amistades, poniendo una mano acá y otra mano allá y juntándolas, juntando a la gente. Por ejemplo, cuando vinieron estos alcaldes o cuando vienen otras personas, podemos ayudar para que ellos hablen con los Estados miembros u otras agencias, que también tienen un grado de interacción en el nivel del país. Entonces, este es nuestro rol en Naciones Unidas: hacer estos enlaces. Hay, a veces, discusiones fuertes también, pero esto es bueno porque pueden ponerse las cosas sobre la mesa y podemos ver cuáles son las cosas más importantes a discutir.

Hay manifestaciones del racismo en todo el mundo

Esto es difícil porque el racismo y la injusticia para mí no son lo mismo que para ustedes y son muy específicos al contexto en que ocurren. Cuando estoy en mi país, por ejemplo, yo decido dónde voy a ponerme mi ropa tradicional. Cuando voy a un mercado, en una ciudad grande, no lo hago porque yo sé que si voy con mi vestido típico, ellos pensarán que soy una mujer indígena y a veces, quieren tocarme o algo así. Pero si voy a una reunión grande aquí en Naciones Unidas, voy en mi vestido típico. Así que depende del contexto. Por supuesto, el racismo puede verse en casi todos los países de una manera u otra. Y hay muchas manifestaciones y expresiones del racismo en los países. Por ejemplo, tengo una hija de trece años y ella esta acá en el colegio y estaba también estudiando esto del racismo. Mi marido es de Noruega, de un pueblo indígena llamado Sami. Así que mi hija vino un día y me dice, “mamá, estamos estudiando el racismo en el colegio y estamos leyendo de acá, de Estados Unidos, sobre las relaciones entre los blancos y los negros”. Y mi hija me dice, “mamá, tú tienes suerte de que vivimos ahora aquí porque si estuviéramos allá no habrías podido casarte con mi papá”. Así que ella entendió cómo eran las cosas y cómo hemos avanzado también. Por supuesto, hay manifestaciones del racismo en todo el mundo, pero espero que van a desaparecer.

La injusticia también puede sentirse personalmente. Por ejemplo, yo estoy haciendo fila para comprar un café y alguien me ignora o me empuja y toma mi café. Allí es cuando voy a sentir esto personalmente. No me va a gustar porque voy a pensar para qué estaba haciendo una cola media hora y en tres segundos, otro toma mi lugar. Existe el caso de la injusticia con las mujeres indígenas. Muchas veces hay una mujer que no se está llevando bien con su pareja y quiere irse de casa. La primera cosa que ella va a pensar es dónde voy a ir, tengo tres hijos o cinco o seis. Hay estas situaciones de injusticia que muchas veces existen en nuestras comunidades y que son muy sutiles porque no son parte de lo que un hombre va a pensar si quiere irse. Para una mujer, hay estas cosas que ella tiene que pensar si se va de su casa, quién va a cuidar de los hijos, qué derechos tengo.

Las mujeres indígenas son claves

Hoy nuestra presidenta del Foro Permanente de Asuntos Indígenas de Naciones Unidas es una mujer y nosotras acá somos mujeres. Yo pienso que las mujeres indígenas son claves. Primero, por una razón muy simple, los pueblos indígenas van a seguir y son las mujeres las que tienen los hijos. Pero también porque es muy importante cómo ellas comparten su cultura con los hijos. Para mí es muy importante, por ejemplo, esta tela, toda tejida a mano, que llevo puesta. ¿Y quién me enseñó esto? Mi abuela. Mi madre no tenía mucha paciencia (risas). Fue mi abuela. Pero es muy interesante que cada uno de los diseños en esta tela tiene un nombre. Este aquí representa una flor que crece en junio durante el clima en que se cultiva. Hay otros diseños que son como berenjenas pequeñas. Así que cada diseño tiene una historia, y está muy vinculado con la cultura. Así que cuando se comparten estas historias y estas tradiciones, se está compartiendo la cultura. Los hombres también comparten estas historias cuando están hablando de los mitos y haciendo cosas. Pero son las mujeres, yo pienso, a diferencia de los hombres indígenas, las que tienen que luchar mucho más en sus comunidades. Entonces las mujeres se hacen bien fuertes.

Sobre este proyecto:

Assumption College students at UN

Durante el semestre de otoño del 2015, Chandra Kalindi Roy Henriksen, Patricia Gualinga Montalvo y Mirian Masaquiza, fueron entrevistadas por un grupo de estudiantes de Assumption College: Heather Schofield, Claudia Palencia, Melissa Taylor, Melanie Giuliani, Nicole González, Emily Cabral y Sharon Caulway (de izquiera a derecha en la foto). Los testimonios de estas mujeres nos permitieron ingresar al universo íntimo de sus vidas, los desafíos de sus comunidades de origen y sus luchas comprometidas como activistas indígenas. La coordinación de este proyecto estuvo a cargo de Juan Carlos Grijalva (abajo, a la derecha). Agradecemos a Chandra, Patricia y Mirian, por su generosidad y apertura; a Assumption College, por ayudarnos a financiar nuestro viaje a Naciones Unidas; y a Latino Rebels, por su interés en publicar estas historias inspiradoras.