Rostros del arte kichwa: Eriberto Gualinga y sus documentales de la selva

Jun 28, 2016
9:00 AM
Eriberto Gualinga cámara

Eriberto Gualinga

Empieza aquí una serie de cinco entrevistas en las que se interroga la producción artística indígena kichwa de los creadores audiovisuales Eriberto Gualinga (Selva Producciones) y José Espinosa (Ayllu Records); la música etno-contemporánea de Ana Cachimuel y el grupo Yarina; y la poesía bilingüe de Lucila Lema y Ariruma Kowii. Ellos son, apenas, un grano de arena en un vasto universo de más de cuarenta y cinco millones de indígenas en América Latina, pero representan bien la vitalidad, creatividad y lucha contemporánea de estos pueblos ancestrales por alcanzar su pleno reconocimiento y autodeterminación cultural, política y social. La coordinación y edición final de este proyecto estuvo a cargo de Juan Carlos Grijalva, profesor invitado del Programa de Español y Portugués de la Universidad de Massachusetts-Amherst, como parte del seminario de posgrado Literature as Otherness: Indigenismo in Latin America, impartido durante el semestre de primavera del 2016.

En esta primera entrega, Karla Giorgio entrevista a Eriberto Gualinga, reconocido documentalista kichwa, miembro del pueblo originario de Sarayaku, en la región amazónica de la provincia de Pastaza en Ecuador. Preocupado por darle una voz a su pueblo y mostrar la belleza y organización de su comunidad, Eriberto, con cámara en mano, crea documentales de denuncia como una manera de que los derechos de su gente sean respetados. Entre los trabajos visuales que Eriberto ha realizado se encuentran: Sachata Kishipichik / Soy el defensor de la selva, documental ganador del Premio Anaconda por Mejor Documental y el Premio Paco Uronco por Mejor Video en derechos humanos en el 14vo Festival de Película y Video Latinoamericano en Argentina; Sacha Runa Yachay (2006); el corto Kawsak Sacha / Selva viva; y Sisa Ñambi / Frontera de vida (2010), documental ganador del Premio de la Igualdad de Género. Los descendientes del jaguar (2012), una de sus últimas producciones, le merece el Premio a Mejor Documental de la National Geographic Society, en Estados Unidos.

Siempre quise estudiar arte

Yo me llamo Eriberto Benedicto Gualinga Montalvo y vivo en el pueblo originario Kiwcha de Sarayaku, en Ecuador Amazonía. Siempre quise estudiar arte, se dio la oportunidad de talleres de información en cine, radio y video; entonces yo empecé en el 99 haciendo un curso de cine y radio popular y allí ya empecé a hacer documentales. Yo hago lo que pienso, lo que yo creo el mundo debería conocer. Yo me he hecho mi propio estilo.

Mi primer video lo hice sin un guión, pero yo quería mostrar lo que necesitaba saber la gente que vive en la ciudad. Es sobre un problema petrolero militar en donde nos tildan de un pueblo problemático, un pueblo peligroso; entonces, yo quería mostrar la otra cara de mi pueblo, un pueblo pacífico, un pueblo que reclama derechos. No hubo tiempo de escribir un guión. Pero yo me baso en los dos, cuando hay un problema, ahorita yo no necesito un guión, yo sé lo que la gente de afuera quiere saber, pero sí he hecho trabajos planificados con un guión.

Yo soy Sarayaku

Siempre estoy, yo soy parte de Sarayaku, yo vivo en Sarayaku, yo nací en Sarayaku, yo estudié en Sarayaku, yo soy Sarayaku. Yo pienso como las mil doscientas personas que hay en Sarayaku. Siempre los trabajos primero se muestran en Sarayaku, en mi pueblo; luego, en las asambleas; luego, en foros; luego, en eventos; y después, en festivales. Siempre primero mis trabajos son para la comunidad, tienen un valor muy importante. Es una memoria viva, es algo que puedes ver, que puedes escuchar por muchos años. Mucha gente que no lograron conocer lo que yo conocí van a lograr verlo a través del video, a través de mi trabajo y pueden hacer consultas y consultar toda la información que yo he accedido.

Frontera de vida se hizo con técnicos de Sarayaku, con el equipo de comunicación de Sarayaku, queriendo mostrar una propuesta de vida de un proyecto muy grande que tiene mi pueblo indígena, que los pueblos indígenas no sólo protestan sino proponen al mundo, proponen cosas nuevas, cosas que no te enseñan en la universidad. Entonces, ese fue el video que hice con Frontera de vida. Los descendientes del jaguar es una coproducción que hice con Amnistía Internacional en donde hay otros puntos de vista, que ya no opina solo mi punto de vista sino también un ojo de afuera; entonces el trabajo, nos hemos dado cuenta que también es muy rico, porque tiene ya dos ópticas, dos miradas. Entonces, podemos planificar mejor, el equipo de Sarayaku y el equipo de afuera, discutiendo siempre y el producto final sale un buen producto.

Los propios pueblos tienen que ser los narradores

Empecé con una cámara que grababa en High 8, luego pasé a mini DV, y ahorita estamos filmando con cámaras digitales, con Cannon 7D y voy a cambiarme a una Lumix H4 en pocos días. Primero pensé que los propios pueblos tienen que ser los narradores, y me gustaba mucho como lo narraban y no perdían el hilo conductor del video. Una vez que fui experimentando y teniendo mucha experiencia en videos, decidí narrar lo que yo estaba haciendo y jugar un poco a aparecerme en la película, y esas cosas, entonces como que cambié un poco de estilo también, para no seguir en la misma rutina sino tener otro producto con el mismo objetivo, pero donde salía mi voz también.

Encuentro de cine comunitario

Queremos preservar nuestro territorio

Primero que nada el material está aquí, mi comunidad está en Sarayaku, está accesible. Todo el tiempo estoy con el pueblo, estoy con los niños, estoy con los ancianos, estoy con los jóvenes. No sólo filmando, estoy conviviendo el día a día. Siempre soy una fuente de consulta en el tema de comunicación en mi comunidad. Y segundo, que ya ese trabajo que lo venían a hacer desde afuera terminaba en un lugar inaccesible para los pueblos indígenas; ya se terminó cuando yo llegué, los trabajos están accesibles y somos nosotros los que estamos contando las historias desde nuestro punto de vista.

Los descendientes del jaguar es una historia que va mucho más allá de pueblos que dudan, que no van a poder lograr; en esa historia decidí narrar que no hay imposibles y que se puede lograr con constancia, como dije Sisa Ñambi/Frontera de vida es un proyecto a muy largo plazo, que estamos presentando y porque queremos preservar la Amazonía, porque queremos preservar nuestro territorio.

Los sonidos de la selva

El tema casi es el mismo, no hay mucha diferencia, yo siempre utilizo la música de mi pueblo, no siempre mis trabajos son lamentaciones, desastres. No, mis trabajos son de fuerza, de ánimo, que hay que seguir, que esto hay que lograr y le metemos la música de Sarayaku, los cantos tradicionales, los sonidos de la selva. Entonces, siempre es una mezcla de arte, denuncia y de creatividad, cosas nuevas.

Con el tiempo, como Sarayaku se hizo conocer mucho, se le dedicaron canciones. Yo empecé pidiendo permiso para utilizar las canciones con temática que se basaba en Sarayaku, también últimamente he estado utilizando melodías que tienen permiso libre para hacer cortos en la comunidad, pero siempre mezclando con temas musicales y sonidos de la selva. Y también en el transcurso del trabajo, me he hecho amigo con músicos que han compuesto un tema musical justamente para un corto, por ejemplo el Kawsak Sacha, que también lo hice un corto de cinco minutos, es hecho por un artista francés que yo no le conozco, que solo conozco vía internet y siempre estamos en contacto. Pero él puso su música para ese corto por ejemplo, entonces siempre a la medida que vamos trabajando vamos cambiando cosas, vamos poniendo ritmos que también pueden contagiar a la juventud, que también pueden llegar a más gente, que también pueden ayudar a poner color al video.

Tenemos una oficinita: Selva producciones

Sí, el departamento lo llamamos Selva producciones, tenemos una oficinita dentro de la oficina de Sarayaku donde estamos, ahora estamos tres técnicos. Yo formé ese departamento de comunicación, yo propuse en una asamblea a Sarayaku de tener un departamento de comunicación, entonces Sarayaku aprobó en la asamblea y es por eso que hemos tenido ese espacio donde podemos guardar nuestras cintas, tener nuestros equipos y poder capacitar a jóvenes interesados, muchos jóvenes han pasado por nuestra oficinas, por nuestros talleres, tal vez por la novedad de la cámara, los equipos, la fotografía, el video. Pero esto una vez que han comprendido que tienen una vocación, han ido dejando y hemos logrado establecernos entre tres, pero seguimos formando jóvenes que tienen talento, que tienen esa voluntad de sumarse a nuestro equipo. Se formó en el 2006. Es teórico-práctico.

Yo siempre quise hacer algo de ficción también, basada en hechos reales. Hay infinidades de historias de la Amazonía, muy lindas para mí, pero siempre los problemas de los conflictos petroleros militares no me han dado paso a esto. En este mismo momento, el gobierno ecuatoriano hace algunos días acabó de firmar un contrato con una empresa petrolera china que afecta a una parte de nuestro territorio, entonces mi meta, mi propuesta ahora es capacitar a jóvenes de la nación zapará, que son muy distintos a nosotros y son una minoría. Ese es un objetivo que tengo ahora, para que aprendan a usar cámaras, aprendan a usar micrófonos, grabadoras, para que empiecen a denunciar, a visibilizarse, pero en este mismo día también estoy trabajando con algunos contactos en Estados Unidos para llevar la historia de lucha de Sarayaku a la pantalla grande.

All Roads Film Project

Nuestro plan futuro

Te contaba de la historia de Sarayaku que quiero llevar a la pantalla grande. Eso es un proyecto que en cuatro años esperamos terminarlo, estamos varios asociados y ya hemos empezado a movernos, a mandar los mensajes, a buscar los contactos a los productores y en ese trabajo estamos y creo que va por un buen camino. Es una historia muy interesante, que va a ser un guión de cien páginas, en donde vamos a utilizar actores originarios y actores muy conocidos también, ese es a futuro nuestro plan.

Sobre este proyecto:

Durante el semestre de primavera del 2016, Brianne Burke, Benjamin Clabault, Colleen Dehais, Karla Giorgio, Dawn LaRochelle, Nicholas P. Pezzote y Meghan Tunno, estudiantes de la Universidad de Massachusetts-Amherst, entrevistaron a varios artistas indígenas kichwas. Su palabra nos permitió ingresar al universo íntimo de sus vidas, su producción artística y los desafíos de sus comunidades. La coordinación de este proyecto estuvo a cargo de Juan Carlos Grijalva, profesor invitado de la misma universidad. Dejamos aquí nuestro sincero agradecimiento a Ana Cachimuel, Lucila Lema, Eriberto Gualinga, José Espinosa y Ariruma Kowii, por confiar en nosotros y aceptar nuestra invitación; mil gracias también a Mirian Masaquiza (Naciones Unidas) por sus sugrencias; y a Latino Rebels, por su interés en publicar estas historias inspiradoras de creación artística y reafirmación cultural.