Abren La Pequeña Haití en Tijuana

Mar 29, 2019
3:06 PM

TIJUANA — Inmigrantes haitianos que ahora viven en Tijuana abrieron el refugio La Pequeña Haití, Casa de Dios, un proyecto que propusieron desde que Estados Unidos les negó refugio.

El pastor Gustavo Banda Aceves, de la Iglesia de los Embajadores de Jesús y fundador de La Pequeña Haití, dijo que fue Dios quien “nos permitió abrir el refugio muy oportunamente, cuando llegan miles de migrantes a Tijuana a buscar asilo”.

(Foto de Manuel Ocaño/Latino Rebels)

En las últimas semanas, unos 500 migrantes de Venezuela pasaron por el área de La Pequeña Haití en busca de asilo estadounidense, pero solo pudieron usar la iglesia temporalmente como albergue porque el refugio estaba sin terminar.

Unos 40 haitianos que vivían en Venezuela, incluidos varios hijos suyos, permanecen en Tijuana, pero el resto continuó rumbo a California.

“Abrimos el refugio en el momento que más se necesita”, dijo a Latino Rebels el pastor Banda.

Además de un tercera caravana de migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador, a Tijuana llegan estas semanas personas que Rusia, de varios países africanos, de Venezuela, de Chile, y los mexicanos que son deportados, los que también en busca de refugio llegan de estados del sur como Guerrero y Michoacán.

(Foto de Manual Ocaño/Latino Rebels)

“Ahora incluso Estados Unidos comienza a mandarnos para acá a centroamericanos que solicitan asilo, para que permanezcan en Tijuana mientras se resuelven sus peticiones de asilo”, comentó el religioso.

Con 1.8 millones de residentes y uno de los mayores índices de violencia en México —en Tijuana son asesinadas en promedio siete personas cada día— las organizaciones que ayudan a los migrantes procuran dar la mayor protección posible a las familias.

La Pequeña Haití se ubica en un barrio pobre de la periferia de la ciudad, el Cañón del Alacrán, una zona que básicamente se fundó alrededor de la iglesia.

El pastor Gustavo Banda Aceves (Foto de Manuel Ocaño/Latino Rebels)

En el 2016 comenzaron a llegar a Tijuana gradualmente más de 23 mil haitianos que salieron de su país cuando el terremoto del 2010 ocurrió. Trabajaron principalmente en construir la infraestructura de Brasil para la Olimpiada, y al concluir esa misión se quedaron sin trabajo. Como Estados Unidos les otorgaba protección temporal contra deportaciones (TPS) llegaban a Tijuana para ir a San Diego.

Al mismo tiempo también llegaron cerca de cuatro mil migrantes africanos. También arribaban cientos de familias mexicanas que huían de la violencia de carteles y en busca en asilo en Estados Unido.

Fue la primera vez que el Departamento de Seguridad Interior (HSD) impuso cuotas para que los solicitantes de asilo ingresaran por la garita de San Ysidro. A Tijuana llegaban cientos y a veces miles de personas, pero a las entrevistas de asilo pasaban diariamente sólo decenas de migrantes.

Pronto la ola de migrantes rebasó la capacidad de los refugios de las organizaciones que les ayudaban.

El pastor Banda invitó entonces a usar su iglesia como refugio. Al interior pudieron tiendas de campaña familiares.

Pero a finales del 2017 el HSD canceló el TPS para haitianos. El gobierno de Estados Unidos declaró que Haití había vuelto a la normalidad casi siete años después del terremoto, así que los empezó a deportar a haitianos a los que negaba asilo.

Más de tres mil migrantes haitianos decidieron quedarse a vivir en Tijuana. Banda propuso entonces construir La Pequeña Haití para albergar temporalmente a los nuevos migrantes mientras encontraban la forma de hacer su vida en la frontera mexicana.

Los haitianos que ahora viven en Tijuana se llaman “haitiajuanenses”. Decenas de ellos se han casado con mexicanos. Hay por lo menos 60 bebés, en su mayoría de padre haitiano y madre mexicana en la ciudad.

Hay pequeños restaurantes y puestos de comida haitiana en la ciudad. También hay una academia de danza. Un escritor haitiajuanense, Pascal Ustin Dabuisson reside en Tijuana. En las fábricas maquiladoras y en la industria de la construcción es común encontrar trabajadores haitianos tijuanenses. Casi todos hablan español y varios cursan carreras profesionales en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

“Todos ellos pasaron por La Pequeña Haití aunque todavía no teníamos en refugio”, platicó el pastor Banda.

(Foto de Manuel Ocaño/Latino Rebels)

Ahora el refugio puede albergar a 180 hombres migrantes mientras las familias, mujeres con hijos y mujeres solas continúan en tiendas de campaña al interior de la iglesia.

Lo importante, dijo el pastor, es que el refugio fundado por haitianos ahora está en operación para albergar no solo a los haitianos, y espera que pronto tenga una ampliación para otras comunidades en la ciudad de los migrantes.

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Manel Ocaño es periodista basado en la región de San Diego-Tijuana.